Guillermo Rovirosa, apóstol de los trabajadores

Aurelio Peña Fernández | HOAC de Burgos

La sociedad entera se estremece ante la situación actual y el próximo futuro en relación con el trabajo. También la Iglesia. El papa Francisco, siguiendo la estela de sus predecesores, insiste en ello: «Hoy el trabajo está en riesgo. En un mundo donde el trabajo no se considera con la dignidad que tiene y que da (…). El mundo del trabajo es una prioridad humana y, por tanto, es una prioridad cristiana. Donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de la Iglesia» (Papa Francisco, en Génova, 27 de mayo de 2017).

Ante esta realidad quiero presentar a Guillermo Rovirosa (1897-1964). Nacido en una familia cristiana, en su juventud se aleja de la Iglesia. A los 36 años, después de diversas búsquedas, vuelve a la fe cristiana. Es un converso que recorre un sugerente proceso personal.

El primer y principal paso fue su encuentro con Jesucristo. Él mismo lo cuenta así: «El empujón decisivo que me hizo caer de rodillas me lo dio san Agustín al hacerme entrever la humildad de corazón de Jesús. Aquello fue decisivo. Aquella maravilla no habría podido salir nunca de ningún hombre, por extraordinario que fuese. ¡Jesús era Dios! ¡Jesús ES Dios! Fue un deslumbramiento que trastornó toda mi vida… Todo tomaba un sentido maravilloso y nuevo, tanto las cosas grandes como las pequeñas» (Guillermo Rovirosa, El primer traidor cristiano: Judas de Keriot, el Apóstol, Obras Completas, Tomo I, pág. 524).

Pero hay otro paso importante en su proceso de conversión a la fe cristiana. También lo cuenta el mismo Rovirosa. El año 1939, nada más terminar la guerra civil, a causa de una denuncia contra él, fue encarcelado. Este hecho de pasar casi un año en prisión marcó una orientación en su vida: mirar con especial misericordia a los que sufren y a los trabajadores con quienes convivió.

En la cárcel vio y sintió el latir del corazón de aquellos militantes obreros, honrados a carta cabal. Aquella experiencia le ayudó a unir su amor a Jesucristo y su amor a los trabajadores. Años después Guillermo Rovirosa escribió estas palabras: «La prisión fue para mí la escuela que me faltaba, y doy por ello siempre gracias a Dios».

La vida de Guillermo Rovirosa fue en adelante una «ofrenda» al Señor en el servicio al apostolado obrero. Primero como vocal social del Consejo de Acción Católica de Madrid y después como promotor de la HOAC, movimiento especializado para la evangelización del mundo obrero y del trabajo. Los últimos dieciocho años de su vida, dejando incluso su trabajo asalariado, los dedicó exclusivamente a los trabajadores, a su promoción y evangelización. Hasta su muerte acaecida el 27 de febrero de 1964.

El proceso de canonización de Guillermo Rovirosa, después de superar la fase diocesana, está ya en Roma. La Iglesia quiere discernir sobre su vida cristiana, pues vislumbra en su testimonio un referente para vivir y anunciar hoy el Evangelio en el mundo del trabajo.

Al celebrar este aniversario de su muerte, recordamos una de sus intuiciones evangelizadoras: no es posible ser apóstol de los trabajadores y trabajadoras si no se toman en serio sus sufrimientos y aspiraciones.

Reunión de los responsables diocesanos de la Causa de canonización de Rovirosa

Los responsables de animación de la Causa de canonización de Guillermo Rovirosa, primer militante e impulsor de la HOAC, se reunió el pasado 16 de noviembre para evaluar el estado actual del proceso canónico para ser declarado como Venerable, así como para definir las insistencias para este curso  en la tarea de divulgación de la figura de este referente cristiano del mundo del trabajo.

Situación de la Causa

En una semanas, se espera que se firme el decreto de validez jurídica de la instrucción diocesana super virtutibus (sobre las virtudes heroicas) del Siervo de Dios Guillermo Rovirosa. Esa es la segunda fase de las cuatro que componen el proceso para la declaración de santidad: Siervo de Dios, Venerable, Beato y Santo. De este modo, la Congregación para las Causas de los Santos, podrá empezar a examinar la documentación sobre el caso.

Líneas de actuación

En este encuentro, estuvieron presenta 14 militantes de 13 diócesis más dos representantes de la Comisión Permanente de la HOAC, que pudieron valorar las actividades llevadas a casa el curso pasado, así como proponer nuevas líneas de actuación para dar a conocer fuera y dentro de la Iglesia, especialmente en los sectores populares, la figura de este «santo moderno».

Este año se editará el Cuaderno Rovirosa número 13 sobre «La santidad en Rovirosa», así como la Hoja informativa número 9, con la intención de dar a conocer a más personas y de manera más profunda el pensamiento y obra de Guillermo Rovirosa.

También se plantea la posibilidad de comenzar a difundir alguna de las muchas oraciones que dejó escrita este apóstol obrero en su singular trayectoria y cuya vigencia se mantienen todavía hoy.

Reunión de responsables diocesanos de la causa de beatificación de Guillermo Rovirosa

Los responsables de animación de la Causa de canonización de Guillermo Rovirosa, primer militante e impulsor de la HOAC, se han reunido en Madrid junto a la Comisión Permanente de la HOAC, para tratar de dinamizar el proceso, que se encuentra ya en manos de las autoridades vaticanas, y seguir difundiendo el pensamiento y obra de este laico, referente cristiano en el mundo del trabajo por su entrega al apostolado obrero.

Al encuentro han asistido 15 personas encargadas de dar a conocer la figura y obra de Rovirosa en las diócesis, y de recabar apoyos y preparar los materiales divulgativos necesarios a tales efectos.

En estos momentos la causa se halla en la Congregación para la Causa de los Santos en el Vaticano, en la fase de elaboración de la documentación que permita el reconocimiento de la heroicidad con que Guillermo Rovirosa vivió las virtudes cristianas, para poder ser declarado Venerable.

Como cada año, el 27 de febrero, fecha de la muerte de Guillermo Rovirosa, de la que este año se cumple el quincuagésimo quinto aniversario, se tendrán actos conmemorativos ante su tumba en el cementerio de la Almudena, y en distintas diócesis: vigilias, eucaristías y actos públicos.

Próximamente se editará el Cuaderno nº 12, de la colección de Ediciones HOAC, una serie de publicaciones que se editan para dar a conocer su vida y pensamiento, y la Hoja informativa de la Causa de Canonización, la nº 18. También está previsto renovar el material de difusión para dar a conocer la figura de Guillermo Rovirosa.

Como decía el obispo don Victorio Oliver en la presentación de sus obras completas… «En realidad, estamos presentando a un hombre, a un ingeniero electricista, a un creyente».

En recuerdo de Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón

Al llegar el 27 de febrero, fecha de los fallecimientos de Guillermo Rovirosa, primer militante e impulsor de la HOAC, y de Tomás Malagón, consiliario que jugó un papel fundamental en la configuración de lo que es hoy este movimiento especializado de Acción Católica, se suceden los actos en su recuerdo.

La comisión permanente de la HOAC acudirá a las 9 horas del martes 27 de febrero, a la sepultura donde reposan los restos de Rovirosa, en el cementerio de la Almudena de Madrid (ver mapa), para realizar una oración. Posteriormente se desplazarán a Valenzuela de Calatrava, donde se encuentra la tumba de Malagón, para realizar también una oración en su memoria, a las 12:30 h., junto con sus familiares.

Actos diocesanos.

El lunes 26 de febrero, a las 20 horas, la HOAC de Valladolid convoca la celebración de la Eucaristía en la Parroquia de San Vicente de Paúl.

El domingo 25 de enero, a las 13 h., en Teror (Canarias) se celebra una Eucaristía organizada por la HOAC de Canarias.

El martes día 27 de febrero, la HOAC de Toledo celebra un acto en recuerdo de ambos que incluye una proyección de vídeo seguida del correspondiente coloquio y la Eucaristía, en los salones parroquiales de San Julián a partir de las 19:30 h.

También el 27 de febrero, la HOAC de Sevilla celebra la Eucaristía conmemorativa en la Parroquia de San Pio X, a las 19 h.

En recuerdo de Rovirosa y Malagón

Un año más, alrededor del 27 de febrero, fecha de sus fallecimientos, la HOAC tiene en su recuerdo la figura de Guillermo Rovirosa, primer militante, y de Tomás Malagón, consiliario.

La comisión permanente de la HOAC acudirá a las 9.15 hrs. del lunes 27 de febrero de 2017, a la sepultura donde reposan los restos de Rovirosa, en el cementerio de la Almudena, para realizar una oración. Posteriormente se desplazarán a Valenzuela de Calatrava, donde se encuentra la tumba de Malagón, para realizar también una oración en su memoria, junto con sus familiares.

El mismo día, a las 20.00 horas en la parroquia de San Vicente de Paúl de Valladolid, la HOAC de esta diócesis celebra una Eucaristía con motivo del aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), en la que también habrá un especial recuerdo de Pepe Bueno, consiliario que caminó junto a la HOAC de Valladolid entre 2004 y 2012, periodo en el que además trabajó incansablemente por la promoción del apostolado laical en Valladolid. Pepe se encuentra ya en presencia del Padre desde el 20 de enero. Con esta Eucaristía se dará gracias a Dios por éstos y tantos otros militantes obreros cristianos que han dedicado sus vidas a hacer llegar la Buena Noticia del Amor de Dios a las periferias del mundo obrero y del trabajo.

Otros acto convocados.

Canarias: Eucaristía de Acción de Gracias por Rovirosa

Bilbao: Recordando a Rovirosa y Malagón

Burgos: Dos citas para recordar a Rovirosa

¡Ahora más que nunca!

En 1946 los obispos españoles acordaron la creación de un movimiento especializado para los obreros adultos dentro de la Acción Católica. Desde el Consejo Nacional de Hombres de Acción Católica se propuso a Guillermo Rovirosa, que venía trabajando en la Acción Católica de Madrid desde hacía unos años, la tarea de organizar y promover la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Guillermo aceptó y del 26 de octubre al 3 de noviembre de 1946 se celebró la I Semana Nacional de la HOAC, que fue el comienzo de su andadura como movimiento apostólico obrero. Se cumplen, pues, ahora, los 70 años de vida de nuestro movimiento.

Siete décadas, 70 años de vida eclesial encarnada en el mundo obrero y del trabajo. Porque si algo ha querido ser la HOAC es vida cristiana eclesial en medio de la realidad sufriente del mundo obrero y del trabajo. Con el empeño de reconocer y vivir a Cristo Jesús, «el Divino Obrero de Nazaret», acompañando la vida cotidiana de nuestras hermanas y hermanos trabajadores, para colaborar desde su Evangelio a que sea respetada la sagrada dignidad de cada persona. Como escribió Rovirosa, «la lucha de la HOAC se encamina, en primer lugar, a que todo obrero recobre la conciencia de su dignidad de hombre y de obrero a la luz de Cristo».

De esa experiencia de 70 años, con todos sus aciertos y sus errores, queremos ante todo dar gracias a Dios por el testimonio entregado de tantos hombres y mujeres, trabajadores y trabajadoras, seguidores de Jesucristo; por su permanente empeño de fidelidad a Él y a su Iglesia al servicio del mundo obrero y del trabajo; por la profunda experiencia comunitaria de fe cristiana convertida en amor y lucha por la justicia. Gratitud por la afirmación constante de la dignidad de las personas trabajadoras y del trabajo a la luz del Evangelio, causa esencial de la Iglesia en la que tanto insiste hoy el papa Francisco, y de la que dijo san Juan Pablo II que es para la Iglesia «su misión, su servicio, verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente la Iglesia de los pobres», que son frecuentemente resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano (LE 8). Empeño sustentado en una convicción: el Evangelio de Jesús responde a las necesidades más profundas del ser humano, en lo personal y en lo social, pues estamos vocacionados al amor fraterno (EG 265).

Nuestra gratitud quiere mirar al presente y al futuro y transformarse en respuesta decidida y reafirmada de continuidad con ese servicio y esa vida encarnada. «Ahora más que nunca» es el lema que Rovirosa adoptó en unos momentos difíciles y de profunda experiencia de la propia debilidad, poniendo toda su confianza en Dios. Hoy el mundo obrero y del trabajo sufre una situación difícil, con tantas personas y familias privadas de trabajo digno, despojadas de sus derechos más básicos y que no pueden vivir y ser con la debida dignidad. La idolatría del dinero devora personas y demuele la dignidad del trabajo. Hoy más que nunca es fundamental el empeño por afirmar la dignidad del trabajo y luchar por el trabajo digno. Ahora más que nunca el mundo obrero y del trabajo, y por extensión el conjunto de nuestra sociedad, necesitan de la pastoral obrera de toda la Iglesia, a cuyo servicio quiere seguir entregándose la HOAC desde su identidad de Acción Católica. ¡Qué el Señor, con su amor entrañable y misericordioso, nos siga sosteniendo en ese empeño!

Editorial publicada en la revista Noticias Obreras.

Finaliza la fase diocesana de la causa de canonización de Guillermo Rovirosa

El jueves, 17 de marzo a las 12:30, en el salón de actos de la 4ª planta del edificio que acoge la sede de la HOAC (c/Alfonso XI, 4, Madrid), finaliza la fase diocesana del proceso de la causa de canonización de Guillermo Rovirosa. Con el cierre del proceso diocesano, finaliza la fase probatoria. El expediente de la causa se remite a Roma para su estudio y conclusión.

En este acto público participarán, entre otros, el arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro; el vicepostulador de la causa, Alfonso Gil y el Delegado diocesano para las Causas de los Santos, Ricardo Quintana. Asistirán también la Comisión Permanente de la HOAC y varios de los anteriores presidentes y consiliarios generales, que lo han sido durante la instrucción del largo proceso diocesano.

Cronología desarrollada en la causa

2001. Octubre. La Comisión General de la HOAC acuerda solicitar el inicio del proceso de canonización de Guillermo Rovirosa.

2002. Julio. El Pleno General de Representantes de la HOAC ratifica el acuerdo de la Comisión General.

2003. Julio. Acto de apertura del proceso de canonización. Durante el proceso, se toma declaración a los testigos; se crea una comisión histórica cuya función es recabar la información que permita estudiar la vida de Guillermo Rovirosa en los aspectos familiar, académico, profesional, cristiano, obrero, eclesial, político… y documentar que vivió una vida verdaderamente cristiana y en grado de santidad.

2016. Marzo. Acto de finalización del proceso diocesano.

Guillermo Rovirosa Albet

Nace en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) el 4 de agosto de 1897. Ingeniero Industrial de formación, durante un viaje a París escucha casualmente al Arzobispo Verdier, quien le hace caer en la cuenta de que no conoce a Jesucristo. Inicia entonces una aproximación a la persona de Jesús y a su mensaje que culmina, un año después, con su conversión a la fe cristiana y su “segundo bautismo” en El Escorial, en la Navidad de 1933.

En 1939 es condenado a seis años de prisión por haber presidido el comité de empresa de su centro de trabajo en el Madrid de la guerra civil. En 1940 se incorpora a la Acción Católica (AC) y comienza a actuar apostólicamente con trabajadores. En 1946 los obispos españoles, a instancias de Pío XII, ante la situación de lejanía de la Iglesia de la clase obrera, deciden la creación de una especialización obrera dentro de la AC y se encarga a Guillermo Rovirosa promocionar tal misión. Renuncia a todo y se dedica por entero a hacer realidad la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).

Pone en marcha el ¡TÚ!, semanario obrero de amplia difusión, y el Boletín de la HOAC (hoy es la revista Noticias Obreras) para la formación de militantes. En 1957 es apartado de la dirección de la HOAC por la jerarquía de la Iglesia. A partir de entonces, Rovirosa pasa largas temporadas en Montserrat, profundiza en su reflexión teológica, aplicando siempre el Evangelio a la vida de la persona y de la sociedad. Es autor de un voluminoso conjunto de obras que manifiestan la grandeza de su fe y su pasión por un mundo que llegue a vivir en comunión y en fidelidad al Evangelio. Muere en Madrid el 27 de febrero de 1964.